jueves, 31 de octubre de 2013

Siempre me han gustado las bibliotecas

La imagen de oscuridad, polvo y penumbra que siempre han acompañado a las bibliotecas hoy ha cambiado a otra imagen de orden, ordenadores y luz. Un claro ejemplo de ello es la biblioteca Marcel·lí Domingo de Tortosa.

Dentro de una estructura novedosa e incluso yo diría que transgresora para el urbanismo que la rodea, interiormente esconde una explosión de cristal y cemento que junto con una estructura maravillosamente inusual da origen a una sensación de acogimiento única.

Y como no podían faltar, aun con el cada día mas hegemónico dominio de los ordenadores, miles y miles de libros “amorosamente” ordenados por la mano de su directora Irene y sus colaboradores, a los que estaré siempre agradecido, han conseguido después de años de trabajo que la biblioteca sea el centro que hoy aglutina prácticamente toda la actividad cultural del barrio.

Acompañadme en un recorrido por las luces y las sombras de “mi biblioteca”. Os aseguro que después de hacerlo, vosotros también la considerareis tan vuestra como yo la considero mía.


Bienvenidos a nuestra biblioteca
















1 comentario:

  1. Que bonitas fotografias Rafa, me gustan mucho los diferentes planos que has captado. Teneis una biblioteca estupenda en Tortosa.
    Un abrazo amigo

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